El anteproyecto de ley de reforma educativa suprime una de las dos vías incluidas hasta ahora en la modalidad de Artes dentro del Bachillerato. La rama de Artes Escénicas, Música y Danza, creada en la LOE, desaparece y sólo se mantendrá un Bachillerato de Artes con materias de Artes Plásticas, Diseño e Imagen.
Quienes tengan vocación por las Artes Escénicas, la Música o la Danza ya no podrán optar por estos estudios en Bachillerato. Así lo establece el borrador de anteproyecto de ley de reforma educativa que elimina esta vía en la enseñanza postobligatoria y mantiene un único Bachillerato de Artes que no incluye ni una sola materia de estas especialidades, sino sólo de artes plásticas, imagen y diseño.
La supresión, incluida en la letra pequeña del articulado del borrador, ha desatado la preocupación entre los directores de instituto que hoy, a través de FEDADI, la Federación que los agrupa, pedirá al ministerio que rectifique en el este punto. "Son bachilleratos muy rentables, la demanda supera con mucho la oferta en los institutos que los imparten y además el alumnado tiene un rendimiento por encima de la media. No son especialmente costosos porque son pocos institutos los que ofertan esa vía, pero resultan exitosos social y académicamente", explica el presidente de FEDADI, José Antonio Martínez.
"Para ser bachiller se pueden saber otras cosas y no sólo Matemáticas o Lengua"
Fedadi lamenta la marcha atrás que supone esta decisión en una conquista lograda tras años de lucha para dignificar las enseñanzas artísticas en España. Son disciplinas tradicionalmente muy castigadas pero con aceptables salidas profesionales. Los directores consideran un sinsentido la eliminación de este bachillerato cuando bastantes universidades han puesto en marcha grados relacionados con la Música, la Danza o las Artes Escénicas, además de los estudios que ofertan las Escuelas de Enseñanzas Artísticas.
Padres y profesores alertan sobre la pérdida de talento
La noticia ha caido como un jarro de agua fría tanto en los institutos como en los centros integrados de enseñanzas artísticas. "La existencia del Bachillerato permitía a los alumnos obtener una formación musical completa que podían compatibilizar con sus estudios en el Conservatorio. Su desaparición les obliga a una sobrecarga académica en unas enseñanzas que son sumamente exigentes y que implican muchas horas de estudio y muchas horas de práctica", explica Xavier Suquía, profesor de Música en el Centro Integrado Federico Moreno Torroba, de Madrid. "Además, ahora los alumnos de centros integrados podían convalidar sus materias en el Bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza y así lograr su título de Bachiller y posteriormente presentarse a los exámenes de Selectividad a través de esa modalidad específica". Si se suprime esta vía, estarán en inferioridad de condiciones porque tendrán que presentarse a una reválida de Bachillerato en la que sólo han cursado materias comunes pero ya no estarán reconocidas las de modalidad".
La preocupación y el malestar se extiende también entre los padres de alumnos, como es el caso de Carmen Bermejo, madre de dos estudiantes de piano y de viola, en el Centro Federico Moreno Torroba. "Es una vuelta atrás sin sentido y le pido al ministro que lo reconsidere. Este Bachillerato permitía por fin a los alumnos combinar y convalidar sus estudios postobligatorios con la alta exigencia que hay en el Conservatorio. Si ahora tienen que estudiar otras materias de modalidad ajenas a la música y además sacarse los estudios de Conservatorio, sencillamemente se trata de una carga académica que muchos alumnos no pueden afrontar. Se supone que se legisla para ayudar a los alumnos a que progresen y se formen, no al contrario. Y con esta medida en definitiva se va a impedir que los estudiantes lleguen donde tienen que llegar, a los conservatorios superiores, a las orquestas, a los conciertos, la música forma parte de nuestra cultura y no se puede relegar de esta manera" , se lamenta.
Razones para la supresión de este Bachillerato según el experto Xabier Sukia Zilbeti
Históricamente, la música, la danza y el arte dramático no han tenido en España la consideración que sí tienen en otros países. Si en Alemania, Bach, Beethoven, Brahms o Stockhausen, Pina Bausch forman parte fundamental de la cultura del país; si en Francia, con Couperin, Rameau, Berlioz, Bizet, Debussy, Ravel, Messiaen o Boulez sucede lo mismo; en España no es usual que el ciudadano medio conozca, o simplemente le suenen, los nombres de Tomás Luis de Victoria, el Padre Soler o María de Ávila. Sin embargo, España goza de un patrimonio en artes plásticas inmenso, y ese mismo ciudadano medio sí conoce los nombres de Velázquez, El Greco, Goya, Picasso, Miró, Dalí, Barceló o Chillida. Esta situación revela que en nuestro país las artes escénicas nunca han gozado del mismo reconocimiento que las plásticas, y puede que ese sea uno de los motivos por los que estas últimas sí encontraran su lugar dentro de la estructura del Bachillerato y de la Universidad.
Por otro lado, no parece sostenible el supuesto perverso de que si Alemania, Austria, Rusia, Finlandia, Hungría y otros países de nuestro entorno producen muchos más músicos y bailarines que España, ello se deba a la falta de talento de los niños españoles o a su indolencia. Tampoco es algo que pueda ser atribuible a la tradición —como demuestra la irrupción de Corea, China o Venezuela—, sino que la responsabilidad ha de recaer en los diseños de los sistemas educativos, cuya estructura siempre ha dificultado que los aspirantes a artistas desarrollaran sus destrezas de forma conveniente. Así, la incuestionable aportación española al mundo de la música y la danza ha sido por lo general debida al talento innato y a la firme voluntad de los artistas y nunca, lamentablemente, al sistema educativo.
En definitiva...
Esperamos que la cúpula del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte reflexione sobre este asunto y esta medida sea retirada del anteproyecto porque nos retrotrae a la situación de la LOGSE, porque en nada perjudica a la estructura del sistema educativo, porque nos homologa a los países con sistemas que incluyen esta vía y, sobre todo, porque atiende a una necesidad educativa, cultural y social.
La música, las artes escénicas y la danza nos ayudan a culturizarnos y a impedir que no nos conformemos solo con las limitadas posibilidades de los bachilleres de letras y ciencias, por ello todos tenemos que manifestarnos en contra de esta medida.
¡No debemos permitir que limiten nuestro futuro!